Las personas que componemos el equipo de Sensei hemos pasado muchas horas discutiendo y confrontando nuestras visiones y opiniones acerca de cómo pensamos que hay que afrontar en el futuro la formación y el entrenamiento de las aptitudes y habilidades necesarias para tener éxito en el mundo empresarial. Cada vez más hostil y competitivo, el entorno está también necesitado de un elevado nivel de compromiso y cooperación para alcanzar los objetivos sociales y económicos y superar los retos que se dibujan en el panorama financiero y económico.
Y estas son las simples conclusiones a las que hemos llegado, sobre las que basaremos (como un taburete con tres patas) todos y cada uno nuestros procesos formativos:
- La formación en el futuro habrá de ser breve (“píldoras formativas”, las llamamos nosotros). El tiempo de las personas que participen en cursos es precioso para su empresa. No se puede dedicar a tareas productivas ni dilapidar, a riesgo de desmotivar a los participantes y desarmar a la organización. Y la concentración y atención que pueden prestar a las materias es limitada en el tiempo. Los cursos largos cansan y aburren.
- Educar las habilidades es facilitar la creación de hábitos de conducta. Los procesos formativos deberán procurar la mecanización racional de procesos. Y para encauzarlo habrán de emplearse a fondo patrones de conducta, formularios, cuestionarios y todas las herramientas que puedan ayuda a estructurarlos. Y si queremos crear o modificar hábitos, deberemos primero convencer a los participantes de que hacerlo es necesario. Y después conocerlos, practicarlos de forma supervisada y aplicarlos a casos reales.
- Y por último, estimamos necesario que el resultado de un proceso formativo sea medible. Es decir, que quien ha impulsado su realización pueda conocer qué es lo que ha ganado al desarrollarlo. Y cuantificar el beneficio que ha producido. Sólo así estará motivado a que se progrese y se inicien nuevos ciclos educacionales.
¿Qué hemos sacado de estar reflexiones?. Bien, pues patrones para el diseño de nuestros cursos: Cada uno de ellos ha de durar media jornada como máximo. Si la materia excede, se diseñan dos. Todos deben basarse en el empleo de cuestionarios, listas de chequeo, patrones de conducta o flujos de trabajo racionales y protocolos fáciles de comprender y de asimilar. Y – por último – deben contener medios que faciliten cuantificar y medir el cambio de las costumbres y la mejora de los hábitos de actuación, de forma que haya visibilidad de lo que ocurría antes y lo que esté pasando después de desarrollar el proceso. Las encuestas de satisfacción no son suficiente. Ello debería hacer posible evaluar el retorno de la inversión que se realiza en entrenamiento y que – de otra forma – no pasaría de valorarse mas que de forma subjetiva